Para memorizar e interiorizar,
podría ayudar a producir un gran cambio en nuestra sociedad que tanto lo
requiere
Oh
creador de todas las cosas, voy hacia el éxito por un camino lleno de dificultades
y un mundo lleno de peligros.
Necesito
que tu mano me lleve y tu voz me vaya guiando.
Si
Tú eres mi pastor, no temeré aunque tenga que atravesar valles oscuros, porque
tu cayado protector me defenderá.
No
te pido lujos, ni vanidades, pero te suplico que yo adquiera la habilidad que
mi profesión requiere, para que sepa aprovechar hasta el máximo todas las
oportunidades de triunfo que Tú has puesto en mi camino.
Tú
has enseñado al león y al águila cómo aprovechar las oportunidades y no dejar
escapar la presa. Tú has enseñado al zorro y al ratón como huir de los peligros
que podrían llevarlos al desastre. Enséñame a no dejar huir ninguna ocasión de
tener éxitos en mis labores. Pon en mis labios las palabras apropiadas,
agradables y eficaces que atraigan para mis empresas y labores los corazones de
los demás. Pon en mi inteligencia la prudencia que me lleve a evitar todos
aquellos pasos que me puedan llevar al abismo y a las garras del fracaso.
Ayúdeme
a permanecer humilde y valiente en los obstáculos y fracasos, pero no dejes
nunca de recordarme los grandes triunfos que tienes reservados para los que confían
en tu Bondad y en tu poder.
Abre
mis labios para decir palabras que animen y llenen de alegría la vida de los
demás y ciérralos con siete sellos cuando quieran proferir insultos maldiciones
o traten de esparcir chismes o murmuraciones.
Enséñame
a practicar y repasar la ley de los promedios (o sea ¿Cuántas veces de cada
diez he triunfado en tal o cual cosa? ¿Cuántas veces de cada diez he fracasado
en tal o cual asunto?). Para que adquiera un corazón prudente y no vea solo
fracasos donde también he cosechado muchos triunfos, ni me encapriche a seguir
por caminos y ocasiones que ya me han demostrado ser fatales.
Fortalece
mi voluntad para que aprenda a no cansarme nunca, y a no pronunciar jamás la
frase paralizadora que a tantos detuvo cuando ya iban a alcanzar el éxito: “Es
inútil insistir”. Dame la gracia de insistir e insistir como la madre que te
pedía la curación para su hija y al fin la obtuvo. Como la gota de agua que cae
día tras día sobre la roca y al fin la logra atravesar.
Lléname
de buenas costumbres y has que las costumbres malas que he adquirido se mueran
pronto en mí. Sin embargo concédeme compasión para con los demás porque dejar
de ser malos y hacerse buenos es algo mil veces más complicado de lo que me
había imaginado.
Y
en los momentos duros recuérdame: “Esto también pasará”.
Y
hoy y siempre enséñame a recordar tus innumerables bendiciones y favores. Haz que
cada día haga yo una lista de las razones que tengo para ser feliz y
bendecirte. Con eso ensancharás mi corazón y darás nobleza a mi carácter y alegría
a todo mi existir.
CONCEDEME
OH DIOS QUE YO LLEGUE A SER TODO AQUELLO QUE TIENES PLANEADO QUE YO SEA. Que aquella
personalidad agradable y poderosa que en tu inteligencia has deseado que yo
llegue a poseer, la logre yo muy pronto conseguir. Amén.
Tomado
del libro: “Secretos para triunfar en la Vida” de P. Eliécer Sálesman
Autor:
Og Mandino “Los 21 consejos que hicieron a un arriero el más grande empresario
de su país y de un fracasado el más famoso apóstol” del libro “El vendedor más grande
del mundo”